El diseño UI es una práctica digital en donde se integran todos los elementos visuales e interactivos de la interfaz de un producto, como lo son aplicaciones o sitios web. En esta rama del diseño, se aplican conocimientos y habilidades vinculadas al diseño receptivo, el uso de paleta de colores, tipografías, bordes, avatares, botones y demás recursos involucrados.
El objetivo principal del diseño UI es guiar a las personas a través de la interfaz diseñada, brindando una experiencia ágil, intuitiva y satisfactoria, en donde el usuario cumple con su misión sin dificultades.
Perfil del diseñador UI
Un diseñador UI es un profesional preciso, detallista, creativo, capaz de trabajar en equipo y desarrollar su empatía, sensibilidad clave para identificar y comprender las necesidades, dificultades y expectativas de los usuarios.
Entre sus habilidades y roles principales, es el encargado de optimizar el estilo visual de una marca y aplicarlo en la interfaz con herramientas de diseño como paletas de colores, tipografías y elementos visuales. Logrando que, además de intuitiva, la interfaz sea atractiva para potenciales clientes y logre transmitir de forma inequívoca la identidad de la marca, sus valores y diferencial sobre la competencia.
Como habrás notado, aunque sean roles distintos, el diseñador UI comparte muchas características con el diseñador UX, con quien trabaja conjuntamente para crear los mejores y más eficientes productos digitales.
¿Cómo saber si la interfaz que diseñamos cumple con su función? Estos son algunos indicadores a tener en cuenta:
- Al momento de navegar a través de la interfaz, el usuario sabe en todo momento en dónde se encuentra y no se siente desorientado dentro del sitio web o aplicación.
- El usuario sabe de antemano lo que sucederá si toca un botón o realiza una acción determinada dentro de la interfaz.
- Además, puede identificar ágilmente el propósito por el que ingresó a la interfaz, y cumplirlo sin invertir más tiempo y/o esfuerzo del necesario.
3 consejos para diseñadores UI
1. Tamaño y uso de íconos
Es común que usemos íconos para acompañar textos y resaltar información que consideramos relevante. Cuando lo hacemos, es importante tener en cuenta sus dimensiones para que estos sean coherentes dentro de la composición visual. Para que destaquen, no hace falta aumentar su tamaño de forma excesiva.
Tampoco es necesario sobrecargar nuestros productos con íconos. Tenemos que establecer un criterio a la hora de jerarquizar la información, ya que al querer resaltar todos los elementos a la vez, conseguiremos el efecto contrario: la información importante apenas podrá distinguirse del resto. “Menos es más”, una frase ya conocida pero no por eso menos cierta.
2. Diseño para la densidad
También llamado PPI, la densidad es el número de píxeles por pulgada de una pantalla. Recomendamos diseñar para la densidad en lugar de hacerlo para los píxeles, ya que de este modo los elementos que vamos a crear podrán adaptarse adecuadamente a los diferentes tamaños de cada dispositivo. Un detalle no menor, si tenemos en cuenta que los usuarios pueden ingresar mediante diferentes dispositivos electrónicos: smartphones, tablets, notebooks, entre otros.
3. Jerarquía del color
Además de la tipografía y el grosor de las letras, el color es un recurso fundamental para crear jerarquías dentro de nuestra interfaz. Utilizando sus diferentes tonos, variando entre claros y oscuros, podremos asignar niveles de importancia fácilmente perceptibles para los usuarios.
Por norma general, cuando un elemento es más importante que otro, este lleva un mayor peso visual. Para que, de esta manera, los usuarios puedan rápidamente identificar y diferenciar entre información de mayor y menor relevancia.
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