En palabras de IBM, la Inteligencia Artificial (IA) es un conjunto de sistemas de autoaprendizaje. A través de la recolección de datos, tiene la capacidad de agregar habilidades cognitivas propias de los humanos a las máquinas.
Alexa y Siri, asistentes personales controlados por voz de Amazon y Apple respectivamente, son claros ejemplos de la vinculación Usuario + IA. Esta última recopila y analiza grandes cantidades de datos, para luego predecir los comportamientos del usuario y ofrecer así respuestas precisas.
Por supuesto, estos sistemas no pueden resolver problemas de diseño complejos, que requieran de la empatía, como lo haría una persona experta en UX. Sin embargo, la tecnología es nuestra aliada para automatizar y llevar a cabo tareas repetitivas, entre otras funcionalidades.
La IA se caracteriza por tener la capacidad de:
- Entendimiento: la IA comprende los datos que le brindamos (imágenes, audios, tablas de texto, entre otros).
- Razonamiento: a partir de la comprensión de datos, tiene la capacidad de formular hipótesis y ofrecer argumentos con sustento.
- Aprendizaje e interacción: posee la facultad de perfeccionar el sistema a través de las múltiples interacciones que tiene con los usuarios. Es decir, la IA puede ser ejercitada, y así lograr mejores resultados y soluciones más precisas a medida que acumula datos y gana experiencia.
IA en el diseño de interfaces digitales
Al momento de diseñar interfaces amigables, intuitivas y accesibles para el usuario, no basta con recopilar grandes cantidades de datos. También es necesario sistematizarlos, analizarlos, crear prototipos y, recién entonces, dar con el producto final. En la actualidad, estos procesos repetitivos pueden llevarse a cabo con la asistencia de Inteligencia Artificial.
La principal ventaja de estas herramientas, reside en su capacidad para optimizar y agilizar pasos y tareas. Alcanzando la automatización de las interfaces digitales, que luego podrán adaptarse a cada ajuste y prototipo resultado de nuestras iteraciones.
Con ayuda de la IA, es posible predecir patrones y comportamientos del usuario, en función de la segmentación y de diferentes factores decisivos. Esto da como resultado experiencias personalizadas, ejecutadas a través de interfaces inteligentes. Algo que manualmente, por cuestiones logísticas y materiales, resultaría imposible de ejecutar.
Valor añadido: experiencias personalizadas
La personalización de experiencias mediante IA ofrece un valor único a cada persona, construyendo distintas experiencias de acuerdo a sus comportamientos de consumo, compra y búsqueda; sus dificultades, puntos de dolor, preferencias, intereses y necesidades.
Cada vez más empresas deciden introducir la IA para mejorar sus ventas y brindar experiencias más satisfactorias a sus clientes. Los modelos predictivos ofrecidos por la tecnología permiten:
- Detectar de forma preventiva a los usuarios con alta probabilidad de abandonar o prescindir del servicio.
- Anticipar las necesidades reales de cada cliente, que pueden modificarse a lo largo del tiempo.
- Hallar soluciones cada vez más precisas para los desafíos del mercado actual: nuevas tendencias, formas de compra, preferencias de búsqueda, etc.
En definitiva, el propósito de la IA aplicada al diseño de experiencias, es ayudar a las personas. ¿Qué nuevas ventajas y beneficios para los usuarios podrá ofrecer en el futuro? ¿Qué tan próximo se encuentra ese futuro? ¿Aún estamos muy lejos de conocer el verdadero potencial de la vinculación IA + UX?
Estos interrogantes nos invitan a reflexionar y a dejar volar nuestra imaginación y creatividad. Por eso, en Dobleuv Design seguimos de cerca cada uno de los avances tecnológicos que pueda traducirse en mejores experiencias y mayores beneficios para los usuarios del mundo.